PositivArte te ayuda a descubrir el Mindfulness. Una técnica de meditación y atención plena con la que aprenderás a vivir el momento presente, el aquí y el ahora. Gracias a estos audios creados por el director de PositivArte, Iago Taibo Corsanego, podrás adentrarte en esta técnica milenaria de salud integral
Compartimos los fragmentos de los audios extraídos de nuestros talleres de Mindfulness y Compasión. Hoy, meditación de las emociones.
Bienvenidos a la práctica de la meditación de las emociones.
Cierra los ojos y toma contacto con tu respiración. Apoyándote la estabilidad e inmovilidad de la postura, permite que ese contacto con la respiración vaya serenando a la vez y poco a poco tu mente, así como tu cuerpo y cuando consideres que esa tranquilización es suficiente, trae a tu mente un episodio emocional mas o menos reciente que te haya generado una emoción difícil.
Esta emoción no debe ser demasiado desbordante, como un gran enfado, una preocupación muy intensa o un fuerte miedo, si no mas moderado. Que también puedes escoger un dolor o una frustración generados por un obstáculo o una dificultar que esta presente en tu vida de una forma mas o menos constante o frecuente.
Cuando hayas escogido esa experiencia que puedas visualizar con creciente claridad, dirige tu atención a tratar de identificar cuales son los elementos principales que provocan esas emociones. puede ser una frase que recibes de alguien, un pensamiento que tú mismo generas, algo que ves, un recuerdo.
Reproduce en tu cuerpo y tu mente lo que sucede al presentarse ese factor o esas circunstancias que causan la emoción. Comienza por identificar las sensaciones corporales que aparecen, que se van instaurando, como consecuencia de esa emoción: presión en el pecho, presión en el estómago, taquicardia, sequedad de boca, inquietud motora.
Identifícalo, atiende a todas estas sensaciones y trabaja por percibirlas tal y como son. Ahora procura darle un nombre a la emoción que estas sintiendo o frustración, duda, inquietud y pregúntate que es lo que diría la emoción si pudiese hablar, que te esta pidiendo, que sugiere esa emoción que hagas, que expresa, que te impulsa a hacer. Que es lo que crees que harías si la obedecieses enseguida, lo que solemos entender como reacción, reaccionar.
Es importante tener claro cuál es la motivación profunda que otorga energía a la emoción, dado que eso es lo que tiende a movilizarnos y muchas veces lo que mas nos confunde. Hazte consciente de las resistencias que provocan las emociones al surgir. Procura darte cuenta de como te opones, si es que lo haces, a estos sentimientos de dolor, a estos recuerdos frustrantes, a todo lo que surge, emociones difíciles. puede que tu cuerpo tienda a contraerse, mientras tu mente se resiste. Se plenamente consciente de tu resistencia y de las consecuencias que tiene para ti
Ahora trata de abandonar la resistencia y acepta la emoción tal y como es. Si, acepto la emoción y la realidad que la ha provocado o la provoca. Si, acepto la emoción, así como la realidad que la provoca. Se trata de aceptar el dolor emocional y la realidad que lo ha producido.
En lugar de luchar, resistirte, evitar, huir, te alineas con la emoción. Se va abriendo un espacio, un espacio que crece y por lo tanto se reduce la presión. De hecho, todas las personas sufrimos, pero tenemos mucho espacio dentro de nosotros. La prueba esta en que millones de personas, han aguantado situaciones muy difíciles, casi devastadoras.
Toma consciencia de ese espacio, de esa gran capacidad que tenemos para tolerar y convivir con emociones negativas y es, precisamente, cundo dejamos de huir de ellas, el momento en que nos sentimos libres. La salida del dolor se encuentra a través del propio dolor, no huyendo de él. La salida del dolor, se encuentra a través del propio dolor. Al abrazar y aceptar la emoción, se abre un espacio que nos permite estar en contacto con la emoción.
Quien va a favor de la realidad, quien la acepta, renuncia a crear sufrimiento en huidas, evitaciones que en el fondo no harán mas que incrementar el problema. Quien no le tiene miedo a su dolor, se libera. Aceptando estas emociones negativas, aprendiendo a convivir con ellas, incluso a respetarlas y darles su lugar, entonces es cuando dejamos de huir, nos volvemos libres e impedimos que nuestras propias emociones nos lleven a sitios, nos hagan actuar de modos que no hemos decidido libremente y que tienden a sumar más problemas.
A continuación, contacta con la parte de ti mismo, de ti misma, en la que puedes encontrar todavía paz, seguridad, amabilidad, alegría. Si has elegido una emoción muy desbordante, que te afecta mucho, y sientes que inunda todo tu ser, puedes incluso elegir una figura externa, como un familiar, un amigo o referente, que pueda inspirarte confianza, lo importante es que encuentres en tu interior un núcleo de amor y cariño, y a partir de este núcleo, procede a darte cariño y consuelo.
Es el momento de darte amor, precisamente porque sufres, aceptas tu dolor y tu sufrimiento y por eso estas en esta práctica, en contacto con él, incluso evocándolo, pero a la vez también cuidas de ese dolor. Puedes poner tu mano en el corazón y repetirte las palabras ‘que sea feliz, que tenga paz. Permite que esta propuesta, cariñosa, de cuidado, amorosa, actúe sobre tu sufrimiento y lo siga reduciendo, que aprendas a cuidar de tu propio dolor, que sea feliz, que tenga paz, que quede libre de sufrimiento. Que pueda convivir con estas emociones negativas, pero que predomine en mi la felicidad’.
Cuando creas conveniente, comienza ya a distanciarte de esa emoción, yo no soy la emoción, solo he tenido esa emoción, no me define, ha sido como una simple nube que ha tapado el sol de mi alegría, pero puedo dejar que ese sol vulva a brillar en mi interior. Y vuelvo a la respiración y quizás quiera sonreír, agradecerme por haber propuesto esta valentía en la practica y estar cuidando de mis emociones de mi capacidad para ser feliz.