Muy buenas. Me hace muchísima ilusión poder hablarte ahora de esta maravillosa propuesta llamada empezar de nuevo o comenzar de nuevo. Es una práctica que recomiendo a todas las parejas, pero también es fantástico aplicarla en familias, amistades o incluso a las relaciones laborales. Consiste en un procedimiento orientado a cuidar las relaciones, teniendo en cuenta tanto lo positivo como lo negativo.
¿Te has planteado alguna vez qué es lo que pone más en riesgo las relaciones personales? Pues desde luego lo que más trabajamos en la terapia de pareja es mejorar la comunicación. La mayor parte de las relaciones necesitan que se hable más en general. Tanto de lo positivo como de lo negativo. Y en esto consiste precisamente el ejercicio de Empezar de nuevo. Esta maravillosa técnica la aprendí en Plum Village, el templo budista y centro de meditación fundado por el maestro zen Thich Nhat Hanh en el sur de Francia. Así que muchas gracias a toda la comunidad meditativa, y en especial a uno de mis maestros directos Luis del val.
Y es que ya lo sabes… las cosas sólo funcionan si las cuidamos. Tus relaciones necesitan por supuesto un sistema de información, de lo que va bien y de lo que va mal. Y como pueden ser temas muy sensibles o difíciles, se recomienda practicarlo apoyándonos en las actitudes propias del mindfulness: idealmente sentados en postura cómoda, pudiendo relajar el cuerpo si existe alguna tensión, moviéndonos poco para que le transmitamos calma a la otra persona, intentando sonreír, tomándonos una pausa si algo resulta difícil… Podríais hasta incluso colocar entre los participantes unas flores, incienso o algo hermoso que inspire y recuerde la importancia de la frescura y la belleza tanto de las palabras que salgan de nosotros como a la hora de escuchar con atención y actitud de comprensión. Recomiendo muchísimo hablar por turnos para intentar no interrumpirnos: normalmente hacemos un gesto con las manos, cuando empiezo y acabo de hablar, para poder hablar con tranquilidad, sin apresurarnos, y que el otro sepa cuando hemos acabado. Vamos a ver sus puntos:
El primero: se le llama regar las flores. Se trata de compartir lo que nos ha gustado. Algo que ha dicho o hecho la otra persona y que nos alegra o alivia. Es importantísimo aprender qué es lo que el otro valora de lo que hacemos y también practicar el agradecimiento y ver cómo nos sentimos con ambas cosas. Puede que, con un poco de práctica, este sea el punto que más hablemos.
El segundo: expresar nuestro arrepentimiento. Creo que se suele practicar muy poco, pero es esencial. Aquí decimos algo que hemos hecho, que nos hubiese gustado evitar. Es un punto donde ejercitamos la maravilla de ser humildes y reconocer nuestros errores. Nos sienta genial hacer esta confesión, y al otro aprender que somos responsables y que queremos actuar mejor, pero somos conscientes de nuestras limitaciones. Alivia mucho porque implica que estamos esforzándonos en un cambio que beneficiará la relación
El tercero: expresar nuestro dolor. Es la parte donde hablamos, de la manera más amorosa, comprensiva, pero también sincera, posible, haciendo saber al otro algo que hizo que nos molestó. Me parece vital que comencemos a practicar esto, ya que avisa al otro de un problema que está apareciendo, y así podremos comprender y actuar cuanto antes para resolverlo, reducirlo o tratarlo. No hablar de lo que nos duele sin duda alguna es el error más frecuente en las relaciones, y muchas se acaban rompiendo por ello. Seamos responsables y practiquemos la responsabilidad emocional. Si no, se empezarán a acumular uno o varios conflictos y acabarán por ser inmanejables.
El cuarto: compartir una dificultad muy arraigada y pedir ayuda. También me parece muy inteligente este punto. Supone un trato especial respecto a cosas que quizás son difíciles de cambiar, llevan mucho tiempo instaladas en nosotros. No son recientes como las del punto 3, que las tratamos según surgen, sino que con estas sabemos que cuestan más y le damos un trato más paciente, no somos capaces de cambiarlas tan rápido etc. Tener paciencia con algo difícil de transformar, pero a la vez no olvidarnos de que está presente haciéndonos daño, es la mejor fórmula para mantener nuestra compasión ayudándonos a reducir el sufrimiento.
¿No te parece precioso y muy inteligente? Sé que hay que ser muy valiente para hacerlo, pero desde luego, no se me ocurre mejor manera para revisar cómo están nuestras relaciones y asegurarnos de que conocemos qué pasa, por qué pasa y qué podemos hacer conjuntamente para tener la mejor relación posible. Lo ideal es practicarlo una vez a la semana, pero también está muy bien si lo haces cada 15 días o una vez al mes. Pero no hacerlo no lo recomiendo ya que, ¿tienes un modo claro, estable, sólido, y a la vez amable, para saber cómo están tus relaciones? Como dice Thay, amar es comprender, y si no comprendo, ¿cómo puedo amar? No sabremos ni lo que va mal, ni lo que nos ayudaría a mejorar. Te animo con mucho cariño a que practiques de este modo para ser experta o experto en buen amor. Os dejamos en el post un archivo con el método detallado para que sea más fácil practicar, y si tienes dudas, contáctanos.
Deseo que te haya gustado el vídeo. Esperamos tus comentarios, y por supuesto, que te cultives, que te cuides y que también aportes al mundo todo lo que puedas.
Un abrazo muy fuerte y muchas gracias por ser parte del cambio positivo.