Ojalá toda esta situación de la cuarentena por el coronavirus sirva para activar una reflexión donde aprendamos varias cosas muy importantes, como compasión y estas otras:
1. La vida es frágil, por lo que viviremos más sabiamente si aprendemos a sostener todo aquello que la protege (por ejemplo, la salud, a los que cuidan de la salud, las instituciones públicas que acogen a todo el mundo, el conocimiento científico y quien dedica su vida a ampliarlo, quienes contribuyen al orden, etc.)
2. Si lo anterior es verdad, quizás sería idóneo que nuestras culturas veneraran más a Marie Curie o Thich Nhat Hanh (¿Te imaginas que los niños quisieran aportar tanto como ell@s, coleccionaran posters y cromos sobre sus hazañas?) que a Belén Esteban y Cristiano Ronaldo. La moda, el éxito social, la belleza física, el dinero… parecen en algunas sociedades estar superando en valor a los VALORES (lo cual, incluso lingüísiticamente, no tiene ningún sentido). Creo que somos la única especie que crea tendencias en contra de sí misma.
3. Que claramente necesitamos más conocimientos sociales sobre cómo cuidar de nuestras mentes: personas que no son capaces de tolerar la cuarentena, que arrasan en los supermercados, que somatizan gravemente al ver las noticias (agravando la saturación del sistema sanitario), que contribuyen a la alarma con noticias falsas y desesperanzadoras, etc. Sólo las mentes sanas pueden no sólo mantener el bienestar social, sino además estarán orientadas a aumentarlo.
4. Recordar que somos a todos los niveles, seres sociales: extrañamos mucho el contacto con nuestros seres queridos, dependemos de la red comunitaria para poder comer, sentirnos segur@s, y especialmente ahora, de la red sanitaria para ser curados en caso de que nos afecte este peligroso virus. Así que tomemos consciencia de nuestra interdependencia: quizás la próxima vez que alguien conduzca mal, te hable fuerte, puedas respirar antes de juzgar y tomar consciencia de que TAL COMO TÚ, esa persona puede ser profesional sanitari@ que siente frustración por las muertes con las que lidia o alguien que no sabe manejar ciertos aspectos de su vida. Necesitamos todas y cada una de las piezas que ya componen nuestras sociedades.
5. Estamos biológicamente determinados para la compasión. Y cuando aprendamos a soltar las percepciones erróneas (visiones injustas de nosotr@s mism@s, l@s demás y el devenir del mundo), podremos entregarnos a su sentido esenciaI: Aceptar la inevitable presencia del sufrimiento en el mundo, y comprometerse con la natural intención de aliviarlo. Como propone la sabia consigna: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
Que tod@s podamos hacer de ese ineludible sufrimiento el motivo para un movimiento constructivo para el mundo. Que tod@s podamos entregarnos con frescura a aprender a percibir, tomar consciencia, comprender y ayudar a reducir el sufrimiento global.
Gracias, y que puedan estas palabras tocarte y inspirarte a cultivar la vida más sabia posible. Que esta reflexión para la cuarentena ante el coronavirus te sirva. Gracias
Iago Taibo Corsanego-Director de PositivArte, Psicología Positiva y Bienestar Integral.
#Todovaasalirbien
#Quédateencasa
PD: acompañamos esta reflexión de una canción muy inspiradora creada por una joven muy inspiradora.
Y de la caligrafía de Thich Nhat Hanh, que nos invita a tod@s a tomar consciencia de dos puntos vitales: a) nuestro papel de influencia en el mundo (tod@s somos educadorXs), b) la importancia de conocer y trabajar la felicidad, por el bien de tod@s.
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