La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica. Es un sine qua non emocional. Sin cierta dosis de autoestima, la vida puede resultar enormemente penosa, haciendo imposible la satisfacción de muchas necesidades básicas.
El término crítica patológica fue acuñado por el psicólogo Eugene Sagan para describir la negativa voz interior que le ataca y juzga. Pero las pesonas con baja autoestima tienden a tener una crítica patológica más viciosa y expresiva.
La crítica le compara con los demás -con sus logros y capacidades- y le encuentra a usted en desventaja. La crítica fija estándares de perfección imposibles y luego le fustiga ante el mínimo error. La crítica mantiene un registro de sus fracasos pero nunca le recuerda sus dones o logros.
La crítica le pide que sea el mejor, y si no es el mejor, no es nadie. Le llama cosas -estúpido, incompetente, feo, egoísta, débil- y le hace creer que todo eso es verdad. La crítica lee la mente de sus amigos y le convence a usted de que están aburridos, cansados, desanimados o disgustados por su culpa. La crítica exagera sus debilidades insistiendo en que usted «siempre dice cosas estúpidas», o «siempre malogra una relación», o «nunca acaba nada a tiempo».
Una crítica intensa y voluble es enormemente tóxica. Es más venenosa para su salud psicológica que casi cualquier trauma o pérdida. Eso es porque la aflicción y el dolor se pasan con el tiempo. Pero la crítica está siempre con usted: juzgando, culpando, encontrando errores.
Compara su forma de ser con la forma en que debería ser y le juzga insuficiente o malo.
Te animamos a ver el siguiente vídeo sobre la crítica : https://www.youtube.com/watch?v=3Xp8MUB8AN4