¡Muy buenas!
Muchas personas que acuden a terapia experimentan diversas dificultades a la hora de aplazar o detener el proceso, o desde que acaban las sesiones. Un papel muy importante de los terapeutas, que suelo explicar cuando comenzamos a distanciar las sesiones o las pausamos, es contribuir al diseño de un programa o enfoque que mantenga los efectos positivos conseguidos, a la vez que previene las recaídas. En nuestro caso, contamos con un truco de potenciación, que es la elevada formación que poseemos en Psicología Positiva, la ciencia del Bienestar Psicológico. Ésta ha demostrado una eficacia considerablemente mayor a la hora de prevenir recaídas que otras ramas de la Psicología. A múltiples valientes o incluso profesionales, les sorprende este dato, pero si lo piensas, tiene mucha lógica. Las corrientes que casi sólo se centran en reducir síntomas o tendencias negativas, no plantean tantos caminos que instalen contenidos, hábitos o aspiraciones positivas. Desde la Psicología Positiva, como complemento de las terapias más tradicionales (por ejemplo, en mi caso, la Cognitivo-Conductual, Sistémica y Estratégica-Breve), proponemos, desde el principio, restaurar, fortalecer, extender o crear hábitos mentales, emocionales, conductuales y corporales positivos, aficiones con una estructura más sólida, diseños de vida y organización coherente con valores, aspiraciones y sentido vital.
En mi modo de trabajar, basado en la responsabilidad personal, yo no doy altas ni bajas, ni digo a los valientes cuando deben acudir a terapia (salvo condiciones que suenen más graves y la persona no lo perciba), sino que confió en que lo que decidan que necesitan y quieren trabajar es lo correcto. Por lo tanto, ir espaciando las sesiones es una decisión que tomará la persona, hasta que decida dejarlas.
En esos momentos, sí suelo dar unas sugerencias para, mínimo mantener, e idealmente, seguir aumentando los efectos positivos. ¿Por qué? Creo que es visible que en general somos bastante conscientes y dedicados a otros tipos de cuidado como la alimentación, cada vez más incluso el deporte, pero no me parece que en la cultura se esté favoreciendo de igual modo el autocuidado Psicológico. Vistas las estadísticas de salud mental, parece bastante claro que debemos invertir más en nuestro crecimiento personal.
Según esto, hay cierto consenso en considerar que 20 minutos a la semana es un tiempo razonable para establecer como mínimo. En ellos, lo ideal es concentrar los objetivos principales. Comúnmente, suele ser idóneo trabajar al menos en:
a) revisión: donde semanalmente reflejo qué es lo que voy construyendo mejor y me ayuda más, tanto como lo que ha sido disfuncional
b) construcción/aprendizaje: en base a lo aparecido en la revisión, sabemos qué áreas precisan ser desarrolladas. Si tiendo a desconcentrarme o dormir mal, eso es una llamada a trabajar en mi mindfulness. Si amanezco criticándome, lo ideal sería dedicar tiempo a diseñar mejor lo que hago nada más levantarme. Si siento soledad, invertir en desarrollar mi vida social o capacidad de conectar.
Cuando yo reviso como está mi diseño de vida y mi mundo interior, tengo los datos de qué conviene cambiar. Con un poco de práctica, 5 minutos pueden ser suficientes para registrar lo principal sucedido, y 15 para crecer en habilidades, organización, diseño de actitudes. Otro dato interesante es que cuando se van practicando las técnicas con una cierta frecuencia, se van interiorizando y volviéndose parte de los hábitos de la persona. Por ejemplo, si se sufría insomnio por preocuparse por cosas de trabajo y dar varias vueltas en la cama, poniéndose crecientemente nervioso, y ahora se empieza a integrar la meditación como hábito para cuidar de esas preocupaciones o nervios, poco a poco se irá desvaneciendo la tendencia a rumiar en la cama, porque será sustituida por la práctica de observar la respiración mientras se va desconectando el cuerpo y la mente.
¿Por qué insisto mucho en esto, me parece super recomendable? Primero porque es maravilloso cuidarse y crecer. No tiene más que beneficios para nosotros y por ello, veo absurdo no hacerlo. Y segundo, porque está clarísimo que tenemos en la cultura muchas cosas que nos dificultan nuestra vida diaria, y nutrirnos con elementos potenciadores supone un poderoso factor de protección ante el malestar. Seguro caerás menos ante tendencias negativas, si te ocupas de ir instalando en tu cotidianidad hábitos positivos y desarrollo de habilidades importantes para tu Psicología y Bienestar. Mucho ánimo con tu práctica de mínimo 20 minutos para la potenciación de tu bienestar.
Deseo que te haya gustado el vídeo y que nos regales tu like, te suscribas y compartas el contenido a quien lo necesite. Esperamos tus comentarios o dudas, y por supuesto, que te cultives, te cuides y también aportes al mundo todo lo positivo que puedas. Otra forma genial de practicar es comentar lo que te haya parecido interesante de este contenido con tus seres queridos, y mejor aún si os animáis a practicar juntas, contribuyendo a #unmundomejor basado en valores absolutamente necesarios.
Un abrazo muy fuerte y muchas gracias por ser parte del cambio positivo.